Metabolismo (del griego: μεταβολή metabol "," cambio ") es el conjunto de transformaciones químicas que sostienen la vida dentro de las células de los organismos. Los tres propósitos principales del metabolismo son la conversión de alimentos / combustible en energía para ejecutar procesos celulares, la conversión de alimentos / combustible en bloques de construcción para proteínas, lípidos, ácidos nucleicos y algunos carbohidratos, y la eliminación de desechos nitrogenados. Estas reacciones catalizadas por enzimas permiten a los organismos crecer y reproducirse, mantener sus estructuras y responder a sus entornos. La palabra metabolismo también puede referirse a la suma de todas las reacciones químicas que ocurren en los organismos vivos, incluida la digestión y el transporte de sustancias hacia y entre diferentes células, en cuyo caso el conjunto de reacciones dentro de las células se denomina metabolismo intermedio o intermedio.
El metabolismo generalmente se divide en dos categorías: catabolismo, la descomposición de la materia orgánica, por ejemplo, la descomposición de la glucosa en piruvato, la respiración celular y el anabolismo, la acumulación de componentes de las células, como las proteínas y los ácidos nucleicos. Por lo general, la descomposición libera energía y la acumulación consume energía.
Las reacciones químicas del metabolismo se organizan en vías metabólicas, en las que una sustancia química se transforma mediante una serie de pasos en otra sustancia química, mediante una secuencia de enzimas. Las enzimas son cruciales para el metabolismo porque permiten que los organismos conduzcan reacciones deseables que requieren energía que no ocurrirá por sí mismas, uniéndolos a reacciones espontáneas que liberan energía. Las enzimas actúan como catalizadores que permiten que las reacciones avancen más rápidamente. Las enzimas también permiten la regulación de las vías metabólicas en respuesta a cambios en el entorno de la célula o a señales de otras células.