El estado de Belice, estuvo dentro de la órbita cultural de los mayas, la gran civilización que pobló Mesoamérica hasta la llegada de los conquistadores españoles.
Entre los siglos II y X de la Era Cristiana se vivió la época de esplendor de esta cultura. Si bien no existe una unidad política mesoamericana, la ciudad mexicana de Teotihuacán ejercía una gran influencia. Esa influencia permitió el surgimiento de estados en Centroamérica.
En Belice podemos encontrar varios yacimientos arqueológicos de gran interés (Altún Ha, El Caracol, Cerros, Cahal Pech, Lamanai, Lubaantún, Nim Li Punit, Santa Rita, Xunantunich). Uno de ellos, Caracol, fue sede del mayor de los estados de la región. Su nombre en aquellos tiempos era Oxhuitza.
Desde el siglo IV conocemos nombres de reyes de esta ciudad, que controlaron grandes territorios, especialmente en el siglo VI, en el cual las tropas del monarca Yajaw Te' K'inich II derrotaron a las huestes de Tikal, ciudad cercana, en la actual Guatemala.
Caracol tuvo cerca de ciento ochenta mil habitantes, y la densidad de población en Belice era posiblemente mayor que la actual. Pero las luchas por la hegemonía entre los distintos reinos provocaron el fin de esta era dorada. Kán III, entre 835 y 849, fue el último rey conocido.