En tiempos prehistóricos, la tierra de Europa central que es ahora en Austria fue ocupada antes de la romanización por diversas tribus celtas. Austria estuvo habitada inicialmente por ilirios, a los que más tarde se sumarían celtas procedentes del norte. El reino celta de Noricum fue reivindicado por el Imperio romano como provincia, pasando a ser una de ellas a partir del año 15 a. C..
En la decadencia del Imperio Romano (siglo IV) hunos, godos, lombardos y vándalos cruzaron la frontera en varias ocasiones. Después de su caída la mayor parte de Austria (todas las regiones al sur del Danubio), fue invadida por los bávaros, eslavos y ávaros.