Las evidencias arqueológicas y lingüísticas sugieren que durante el III milenio a. C., contingentes importantes de pueblos que hablaban lenguas indoeuropeas entraron en Europa, encontrándose con poblaciones preindoeuropeas cuyo origen no es fácil de precisar. Los diversos pueblos indoeuropeos del II milineo a. C. ya hablaban lenguas diferentes, en particular en durante el milenio I a. C. ya es posible distinguir los grupos lingüísticos presentes en la actualidad: pueblos celtas, pueblos germanos, pueblos baltos y eslavos, pueblos itálicos, pueblos paleobalcánicos y pueblos helénicos (algunas ramas indoeuropeas como los daco-albaneses no se testimoniarían hasta más tarde).
No se conoce mucho sobre la lengua o la identidad étnica de los pueblos asentados en Europa antes de las migraciones indoeuropeas, se conoce que los aquitanos, los iberos, los taresios y etruccos y retios hablaban lenguas no indoeuropeas que se conocen muy imperfectamente, al igual que la lengua de los minoicos (eteocretense) o el eteochipriota.